Skyewalkers y Lone Wolf, las novelas cortas olvidadas

Por Jose Alabau Casaña

¡Hola, bibliotecarios! Hoy vamos a sumergirnos en las profundidades del Universo Expandido para rescatar dos novelas cortas oficiales de Abel G. Peña, desconocidas para el gran público. Se trata de dos obras que fueron publicadas online en la web oficial en 2015, con la continuidad de Leyendas ya prácticamente extinguida. Y es que, no olvidemos, meses más tarde llegaría El despertar de la Fuerza. Estamos hablando de SkyeWalkers: A Clone Wars Story y Lone Wolf: A Tale of Obi-Wan and Luke, dos narraciones breves pero con algunos detalles con mucho jugo que, para los que sois seguidores de nuestra revista, Biblioteca Jedi, posiblemente ya os suenen de algo.

Antes de entrar en detalle en ellas, vamos a hablar un poco sobre su autor, Abel Gustavo López Peña IV, más conocido como Abel G. Peña. Nacido en 1979, ha sido uno de los articulistas más conocidos de la etapa de Leyendas, especializándose en reseñar material poco conocido y desarrollar, para publicaciones oficiales, el contexto de muchos personajes, la mayoría ya olvidados. Ha escrito para las revistas Star Wars Insider y Star Wars Gamer, para la web oficial y la de Wizards of the Coast, además de participar en el Star Wars Fact File, entre otras publicaciones. De hecho, muchos de los textos que citaremos como referencia para los personajes de estos relatos han sido escritos por él.

En cuanto a estas dos historias, pese a ser oficiales, no tuvieron mucha relevancia debido a tres factores: su tardía publicación, su aparición exclusivamente online como complemento a un artículo y, como hemos comentado antes, el carpetazo que se había dado ya a la continuidad Leyendas en favor del nuevo canon. Lone Wolf había sido escrita para su publicación en la Star Wars Insider en 2007, conmemorando el 30 aniversario de Una nueva esperanza, pero no llegó a aparecer en este medio, mientras que Skyewalkers, escrita entre 2008 y 2011 para la web oficial de Hyperspace, se pospuso al cerrarse la página. Finalmente, en marzo de 2015, se publicaron online como parte del artículo The Other Lost Missions: Rare Clone Wars Comics and Literature, Part 2, del mismo Peña, en el que se citaban historias poco conocidas ambientadas en ese periodo. Señalar además que la maquetación de ambas historias corrió a cargo de Jason Yuo y la ilustración de portada de Skyewalkers, ya que Lone Wolf no tiene, fue obra de David Rabbitte.

La importancia de estas dos novelas cortas, pese a todo lo que hemos comentado, es que se crearon para resolver algunas incongruencias que se habían ido acumulando a lo largo de los años. La primera, Skyewalkers, funciona como una precuela de la historia La larga caza, aparecida en el Anual de 1979 de la serie marvelita Star Wars, en la que se decía que Obi-Wan había tenido dos aprendices. En cambio, Lone Wolf intenta dar una explicación al hecho de que en algunos productos se indicara que Obi-Wan y Owen Lars eran hermanos.

SKYEWALKERS: A CLONE WARS STORY

Antes de meternos en la historia de esta novela corta, vamos a repasar el cómic del que parte. En diciembre de 1979 se publicó el primer Anual de la serie regular, que contenía la historieta La larga caza (The Long Hunt), escrita por Chris Claremont. Estaba dividida en dos partes, la segunda titulada ¡Un duelo de las águilas! (A Duel of Eagles), y narraba una pequeña aventura independiente de los héroes de la Rebelión en el planeta Marat V, conocido por sus habitantes como Skye. Es importante destacar que la historia es anterior a El Imperio contraataca y, por tanto, a la revelación de que Darth Vader en realidad es el padre de Luke. 

La larga caza

La narración empieza en el planeta Tirahnn, en el que Luke y Leia tienen un encontronazo con Kharys, la Majestrix de Skye. Tras lograr escapar en el Halcón Milenario con la ayuda de Han Solo y Chewbacca, deciden ir a Marat V para acabar con el reinado de Kharys, con la que Solo tiene cuentas pendientes de una incursión en el pasado. Allí se aliarán con los partisanos de Aragh, que les ayudarán a derrotar a Kharys, que gobierna el planeta para el Imperio. La importancia de esta historieta radica en su última página, en la que Aragh les cuenta que Obi-Wan estuvo allí hace muchos años, durante las Guerras Clon, en una misión con dos aprendices. Uno de ellos portaba el sable láser de Luke, arma que habían reconocido desde el primer momento, y el otro se había convertido en Darth Vader, que había regresado al planeta tras la caída de la República para enseñar a Kharys los caminos del lado oscuro a cambio de que gobernara Skye para el Imperio. Es decir, se establecía que Obi-Wan había tenido dos aprendices, siendo uno el padre de Luke y el otro la persona que se había convertido en Vader, lo cual entraría en contradicción con lo que veríamos al año siguiente en El Imperio contraataca, además de la cuestión de los padawan, que se desarrollaría más ampliamente en las precuelas, décadas más tarde.

Viñeta de la última página del cómic. Fotografía de Lara Franco Cobo.

Skyewalkers, la novela corta

En cuanto a la historia que nos atañe, la novela comienza con la accidentada llegada al planeta Skye de Obi-Wan acompañado de dos padawan, Anakin y Halagad Ventor, además de un comando de élite, con la intención de derrocar al terrorista genético Zeta Magnus, aliado de la Confederación de Sistema Independientes. Este, además, está sometiendo a los habitantes del planeta a todo tipo de experimentos monstruosos. Los tres Jedi contarán con la ayuda de una joven Kharys, del también citado Aragh, y de Klarymére, padre de la primera. A lo largo de la historia se nos rebela que Kharys es sensible a la Fuerza, lo que creará un conflicto entre Anakin y Obi-Wan, ya que el padawan quiere llevarla al Templo Jedi para que reciba entrenamiento. Ante la negativa de su maestro, Anakin le prometerá que cuando acabe la guerra vendrá a por ella y le enseñará los caminos de la Fuerza, enlazando con lo que nos contaba el cómic. Como curiosidad, señalar que el comando de élite, conocido como escuadrón Tark y formado por cuatro soldados, no son clones de Jango Fett, sino de Sarsius Torne, un mercenario del culto de los Guardianes del Sol del planeta Thyrsus. Destacar también el buscado juego de palabras entre el apellido «Skywalker» y el título, «Skyewalkers», puesto que los s’kytri, que tienen alas, los llaman «walkers», caminantes, ya que no pueden volar como ellos, al mismo tiempo que consideran a Anakin como una especie de mesías profetizado.

Halagad Ventor

Como hemos mencionado, Obi-Wan llegaba al planeta acompañado de otro padawan, Halagad Ventor, un personaje que guarda muchas similitudes con Anakin. Nacido en Alderaan, fue un amigo de la infancia de Bail y Tia Organa, con la que tuvo un hijo, Nial. En lo que se conoce como «La tragedia de Okonomo», los padres de Halagad murieron a causa de un virus que los hizo enloquecer. El creador de este virus no era otro que Zeta Magnus, quien quería eliminar a otro arkaniano que iba a asistir al evento. Después de esta tragedia, Halagad, que era sensible a la Fuerza, intentó, de manera autodidacta, convertirse en un Jedi, pero acabó en la Academia Almas, una escuela experimental alejada de la ortodoxia de la Orden. Gracias a la influencia de Bail Organa, la maestra Jedi Everen Ettene tomó finalmente a Halagad como padawan, pese a su edad y pasado.

Abel G. Peña y Halagad Ventor

Durante la investigación del proyecto Vuelo de Expansión, maestra y aprendiz coincidieron con Obi-Wan y Anakin, forjándose una fuerte amistad entre los dos padawan. En una misión durante la guerra civil del sistema Virgillia, Everen Ettene murió, por lo que Obi-Wan se hizo cargo temporalmente de Halagad para que completara su entrenamiento, solucionando el problema de los dos aprendices del cómic. Debido a la amistad entre ambos aprendices, Anakin y Halagad realizaron el ritual de la Concordancia de Fidelidad, que permitía a los Jedi intercambiar sus sables láser, de manera que en la misión narrada en la novela, Anakin lleva el arma de Halagad y viceversa. Esto serviría para solucionar, aunque fuera parcialmente, el error de continuidad que se planteaba en el cómic. Por un lado tenemos que esta arma no la portaba Anakin, futuro Darth Vader, pero esto implicaría que Halagad es el padre de Luke, lo que sería otra incongruencia, en este caso, insalvable.

Después de las Guerras Clon, y tras sobrevivir a la Orden 66, Halagad intentó coordinar una pequeña resistencia formada por los Jedi supervivientes, pero fue finalmente capturado. Aunque al principio se resistió, Darth Vader, con la ayuda del lado oscuro, pudo extraerle la información. Así que, aunque sea de manera retrocontinuada, ya que el interrogatorio se escribió mucho antes del relato que nos atañe, ambos antiguos amigos se volvieron a reencontrar. Consumido por el lado oscuro, Halagad se exilió en Trinta, aunque finalmente se redimió cuando lo encontró, décadas más tarde, una expedición de la Alianza Rebelde.

Es precisamente su etapa en Trinta la primera que se contó en el Universo Expandido, ya que la primera aparición del personaje fue en el libro de rol Domain of Evil (Jim Bambra, 1991), en el que un grupo de rebeldes deben enfrentarse a un Jedi Oscuro —el mismo Halagad— en el citado planeta. En este texto se indicaba que había servido a las órdenes de Obi-Wan durante las Guerras Clon y que fue él quien traicionó a los Jedi escondidos tras la Gran Purga, revelando sus paraderos al Imperio. Esta información fue matizada en Echoes of the Jedi (Abel G. Peña y Jean-François Boivin, 2008), otra campaña de rol en la que se especificaba que Halagad solo reveló a Darth Vader la localización de los Jedi de la Academia Almas. Esta institución, casi inexplorada en la literatura, fue creada para la gran campaña de Living Force (Morrie Mullins, August Hahn y Cynthia Hahn, 2001-07), de la que podéis leer más en la sección Efemérides de una galaxia atemporal de Biblioteca Jedi #6.

Para rematar, dos curiosidades: su nombre proviene de Galahad, uno de los más famosos caballeros de la Mesa Redonda del Rey Arturo, y su aspecto está basado, como no podía ser menos, en Abel G. Peña.

Zeta Magnus

Por último, vamos a hablar del villano, Zeta Magnus, un genetista mutante arkaniano enemigo de la República y aliado de Darth Sidious y la Confederación de Sistema Independientes. Creado como parte de un experimento, después de recorrer la galaxia se convirtió en un terrorista biológico que extendió plagas por algunos planetas, entre ellos, la citada tragedia de Okonomo en Alderaan, y Skye, tras lo que se autoproclamó a sí mismo como Magister. Todo este contexto fue desarrollado más ampliamente en los artículos para la web oficial Aliens in the Empire, Part 2: To a Traitor Go the Spoils y The Imperial Warlords: Despoilers of an Empire, Part 3, del mismo Peña.

Zeta Magnus (extraído de la portada) y Atha Prime (diseño conceptual)

Durante todo el relato vemos que Magnus trabaja en experimentos de clonación, siendo él mismo producto de uno de ellos, lo que da pie a jugar con su identidad y posible correspondencia con otros personajes del Universo Expandido. Zeta Magnus también es conocido como K’am’ir Zaarin, que en los noticieros in-universe de la Star Wars Gamer, las Galaxywide NewsNets, se insinuaba que podría ser la verdadera identidad del agente imperial Cronal, aunque posteriormente este fuera retrocontinuado como Blackhole en 2005. Otro personaje al que se le intentó asimilar fue a Atha Prime, ya que ambos villanos eran maestros genetistas. Prime iba a ser el villano principal de una línea de figuras de la juguetera Kenner en 1986 conocida como The Epic Continues, que sería una expansión de la ya existente Power of the Force, pero fue cancelada. Antes de la citada oficialización de Cronal como Blackhole, el propio Peña, en un artículo para la revista Polyhedron en 2004, había asimilado al agente imperial con a Atha Prime, pero finalmente este no fue publicado. Es decir, durante un tiempo se estuvo barajando esta triple concordancia, pero no salió adelante. Aunque en el supuesto de que hubiera sido oficializado, su nivel de canonicidad habría sido muy secundario, quedando relegado al mundo de los artículos online. Por lo que, en cuanto a literatura, la única referencia oficial de Zeta Magnus es este relato.

LONE WOLF: A TALE OF OBI-WAN AND LUKE

Pasamos ahora a la otra historia que se subió a la web junto con Skyewalkers. Este relato, más corto que el anterior, nos narra una breve parada que hizo Obi-Wan en Nar Shaddaa, de camino a Tatooine, para llevar a Luke a sus tíos, Owen y Beru. Su objetivo es vender el Desalmado Uno,  el caza personal de Grievous, con el que logró escapar de Utapau, y entregar el dinero que consiga a los tíos de Luke para ayudarles en la crianza del niño. Para ello espera encontrarse con T’ra Saa y Tholme, dos maestros Jedi que estaban en la Luna de los contrabandistas antes de la Orden 66.

Se trata de una narración muy oscura y tenebrosa, acorde con el ambiente malvado y enfermizo que quiere transmitir. A lo largo de todo el relato, Obi-Wan, con Luke en brazos, tendrá que enfrentarse a todo tipo de criaturas dispuestas a darles caza, ya que el recién creado Imperio acaba de publicar una lista con los Jedi que no han sido aún capturados. Además, tendrán dos encuentros muy significativos. El primero con Vima, una anciana Jedi que abandonó la orden hace muchísimos años y que malvive como vagabunda, y el segundo con Mei y Fomadu, pertenecientes a los jensaraai, un culto que mezcla ambos lados de la Fuerza. Obi-Wan, aún con su enfrentamiento con Anakin reciente y atormentado por todo lo sufrido en las Guerras Clon, se verá tentado en numerosas ocasiones de sucumbir al lado oscuro para salvar a Luke, llegando incluso a asesinar a sangre fría si es necesario.

Rescatando personajes del Universo Expandido

Como hemos dicho, nuestros protagonistas habían llegado a Nar Shaddaa con la esperanza de localizar a T’ra Saa y Tholme. Estos dos personajes fueron creados por John Ostrander y Jan Duursema para la serie Star Wars (1998-2006) de Dark Horse Comics, aunque tendrían mayor importancia en el maxiarco Republic, que acabó rebautizando la serie al completo, y que en España se editó como Las Guerras Clon; aunque T’ra Saa aparecería también en la serie de Legado (Legacy, 2006-11), de los mismos autores, debido a la longevidad de su especie, los neti. Por añadir un poco de contexto, ya que en el relato no se dan muchas pinceladas, indicar que Tholme había sido el maestro de Quinlan Vos, y este a su vez de Aayla Secura. El Conde Dooku había enviado al inicio de las Guerras Clon a la agente Khaleen Hentz para que espiara a Vos, pero los dos personajes se enamoraron y tuvieron un hijo, Korto. En el recopilatorio Las Guerras Clon Volumen 9: Fin del juego veíamos como T’ra Saa y Tholme huían de Nar Shadda, llevándose con ellos a Khaleen, que en ese momento estaba embarazada, hacía Khasyyyk, donde Quinlan los escondería.

T’ra Saa, Tholme, Vima y un guerrero jensaraai

En cuanto a Vima, cuyo nombre completo es Vima-Da-Boda, apareció por primera vez en el cómic de Imperio Oscuro (Dark Empire, Tom Veitch, 1992), teniendo otras apariciones puntuales en novelas del Universo Expandido de los 90. Nacida 190 años antes de la Batalla de Yavin, era descendiente directa de Nomi Sunrider, la legendaria Jedi que luchó en la Gran Guerra Sith, cuatro milenios antes de los eventos de la saga Skywalker. Neema, la hija de Vima, heredó su sensibilidad a la Fuerza, pero sucumbió al lado oscuro. Se casó con el señor de la guerra Ottethan, que la asesinó, dándola de comer a los rancor. Cuando Vima se enteró del final de su hija, el deseo de venganza hizo que abrazara el lado oscuro y asesinara a Ottethan. Después se cerró a la Fuerza y desapareció, hasta que fue encontrada por Obi-Wan en los bajos fondos de Nar Shaddaa. Como curiosidad, hay que añadir que, años más tarde, se cruzaría con Han Solo, leyéndole el futuro, hecho narrado en La maniobra hutt (The Hutt Gambit, A. C. Crispin, 1997), el segundo volumen de la Trilogía de Han Solo. Con la Nueva República ya establecida, colaboraría con Luke en el Praxeum, la Academia Jedi.

Respecto a la orden de los jensaraai, estos fueron nombrados por primera vez en la novela I, Jedi (Michael A. Stackpole, 1998), aunque fueron principalmente desarrollados en libros de rol y en textos para la web oficial, como Evil Never Dies: The Sith Dynasties, también de Abel G. Peña. El culto fue fundado por el Jedi Oscuro anzati Nikkos Tyris en el planeta Susevfi, durante las Guerras Clon, y en el contexto del Levantamiento Bpfasshi. Su nombre en lengua Sith significa «seguidores de la verdad oculta», y tienen una doctrina que mezcla ambos lados de la Fuerza. Como parte de las operaciones militares del citado levantamiento, y con la necesidad de investigar los cultos relacionados con la Fuerza buscando posibles acólitos del lado oscuro, el Consejo Jedi envió una misión formada por Obi-Wan, Nejaa Halcyon e Ylenic It’kla para investigar a los jensaraai. En el transcurso de esta, Obi-Wan mató a Sukarr, el padre de Mei, por lo que esta aprovechará su encuentro con el Jedi en el relato para ejecutar su venganza. Acompañando a Mei está Fomadu, otro jensaraai cuyo hermano había muerto en el Levantamiento Bpfasshi. Curiosamente, ambos personajes habían ido a Nar Shaddaa para matar a T’ra Saa y Tholme, que también habían participado en ese conflicto.

Ben Kenobi y su “hermano” Owen

En lo concerniente a Obi-Wan, hay dos pequeños detalles que enriquecen el personaje. El primero sería el uso del seudónimo «Ben», nombre falso que adoptará a partir de ese momento para ocultar su identidad. Se trataría, cronológicamente y con este propósito, de la primera vez que se da este hecho, aunque durante las Guerras Clon lo usó puntualmente en una operación encubierta para desmantelar un intento de asesinato contra el Canciller Supremo (episodios 4×07 a 4×10 de The Clone Wars). El origen de este seudónimo lo encontramos explicado en la novela Kenobi (Kenobi, John Jackson Miller, 2013), en la que Obi-Wan especifica que era el nombre por el que lo llamaba la duquesa Satine.

Primera edición paperback de El retorno del Jedi y carta de Owen Lars del juego de Decipher

El segundo sería la resolución de una contradicción que se dio en algunos productos de la saga, cuyo origen encontramos en el guión de El retorno del Jedi; y es que se indicaba que Obi-Wan y Owen Lars eran hermanos. Si bien esto no apareció finalmente en la película, sí que lo hizo en la novelización de la misma (James Kahn, 1983), además de, como podéis encontrar en el artículo Un universo de incongruencias de Biblioteca Jedi #6, en el juego de cartas de la empresa Decipher vendido años más tarde, entre 1995 y 2001, el Star Wars Customizable Card Game. Además, en la novela El pasado oculto (The Hidden Past, Jude Watson, 1999), el tercer volumen de la saga Aprendiz de Jedi, Obi-Wan soñaba que tenía un hermano llamado Owen. Para salvar esta contradicción, ya que en El ataque de los clones conocíamos el origen de Owen y Beru Lars, en el relato que nos atañe se establece que el citado sueño era en realidad una premonición, de manera que Owen Lars, metafóricamente, sería su hermano en el sentido de hermandad en cuanto a cuidar a Luke.

Lobo solitario y su cachorro

Por último, aunque no menos importante, señalar la principal inspiración para este relato, así como para su título, que no es otra que El lobo solitario y su cachorro (Kozure Ōkami), un manga escrito por Kazuo Koike, ilustrado por Goseki Kojima y publicado en Japón entre 1970 y 1976. En él se nos narran las aventuras de Ogami, el albacea real del shogun, y su hijo de tres años, Daigoro, quienes escaparan cuando, acusado falsamente, el primero se niegue a realizar el seppuku, el sacrificio ritual. A partir de ese momento, viajarán por todo Japón, con Ogami trabajando como mercenario. Esta historia, que ha sido adaptada en varias ocasiones, ha sido además una de las principales inspiraciones para la serie The Mandalorian, con Din Djarin y Grogu trasladando los personajes de Ogami y Daigoro a una galaxia muy lejana.

Lobo solitario y su cachorro

Hasta aquí este repaso a las dos novelas cortas de Abel G. Peña que, además, nos han servido de excusa para tratar otros temas del Universo Expandido. Las dos historias las podéis leer en la web de Libros Star Wars gratuitamente bajo registro. Esperamos que os haya resultado interesante esta inmersión en pasajes ya olvidados de la continuidad de Leyendas y, como siempre decimos, ¡que la lectura os acompañe!

2 comentarios el “Skyewalkers y Lone Wolf, las novelas cortas olvidadas

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