Star Wars Padawan: Obi-Wan en la isla de Perdidos

Por Jose Alabau Casaña
¡Hola, bibliotecarios! Vamos a reseñar la novela juvenil Padawan, de la autora Kiersten White, publicada en 2022 tanto en Estados Unidos como en España, y perteneciente al Canon actual. Esta historia de crecimiento personal se apoya en una ágil trama con conexiones con el resto de la saga, además de presentar tanto similitudes con otras obras de la franquicia, como también un contexto muy parecido a la serie Perdidos.
LA AUTORA
Kiersten White, nacida en Utah en 1983, ha desarrollado una prolífica carrera dentro de la literatura juvenil. Saltó a la fama en 2019, al ganar el conocido premio Bram Stoker con la novela The Dark Descent of Elizabeth Frankenstein, en la que narraba los acontecimientos de esta conocida historia pero desde el punto de vista de la cuidadora de Frankenstein. Su debut en la saga se produciría con Eye of the Empire, un relato centrado en los técnicos supervisores de la sonda droide enviada al planeta Hoth, con el que se abría la antología From a Certain Point of View: The Empire Strikes Back; curiosamente, otro retelling. Su siguiente publicación en la franquicia llegaría dos años más tarde, y no es otra que la historia que nos ocupa.

LAS EDICIONES
Esta novela fue publicada por primera vez en julio de 2022 por Disney–Lucasfilm Press, el mismo día que aparecía la versión en audiolibro, narrado por Gary Furlong. El arte de portada, que muestra a Obi-Wan con una espada láser, es obra de la ilustradora Charlie Bowater, siendo, de momento, su única participación en la saga. Respecto a la edición española, llegó a finales del mismo año a nuestro país gracias a Planeta Junior, la rama juvenil de la editorial Planeta DeAgostini, con la misma portada que la original, aunque destacando el alto gramaje de las páginas, muy superior al empleado en otras novelas. La traducción corrió a cargo Marta García Madera, con un texto impecable, en el que solo llamaría la atención, negativamente hablando, el uso de la expresión «hablando del rey de Roma» (página 278), quizá demasiado terrícola para una galaxia tan lejana.

LA TRAMA
Padawan es una novela de crecimiento y de autodescubrimiento, situada nueve años antes de La amenaza fantasma, en la que vemos cómo un Obi-Wan Kenobi adolescente, atascado en su entrenamiento Jedi, se encontrará con la posibilidad de lidiar en solitario con una misión que le hará exprimir todo lo aprendido y encontrar cuáles eran los frenos mentales que le impedían avanzar. Tras el descubrimiento casual, inscrito en una pared del Templo, del planeta Lenahra, y ante un comportamiento extraño por parte de su maestro Qui-Gon Jinn, Obi-Wan, desobedeciendo las órdenes y las reglas, tomará una lanzadera y se dirigirá a este misterioso mundo. Allí, tras encontrar una extraña baliza en la órbita y sortear un campo de asteroides, alcanzará la selvática superficie para descubrir un mundo repleto de una mortífera flora y fauna que intenta acabar con unos niños que quedaron abandonados hace años. Estos han logrado sobrevivir todo este tiempo gracias a la ingesta de unas esferas con una sustancia a la que llaman «el Poder», la cual les da capacidades sobrehumanas, similares, en apariencia, a las mejoras atléticas que provee la Fuerza. Pero la llegada de Obi-Wan no solo irrumpirá sus vidas, sino que, al activar la baliza, pondrá en marcha el regreso de un familiar de los niños.

LENAHRA Y PERDIDOS
Antes de entrar en las similitudes entre Padawan y Perdidos, vamos a hablar brevemente de esta serie, un hito en el mundo de la televisión, previo al boom de las plataformas de streaming. Perdidos —Lost,en su idioma original—, se emitió entre 2004 y 2010, constando de seis temporadas y audiencias millonarias (entre 10 y 15 millones de espectadores pegados al televisor solo en Estados Unidos). La serie se convirtió en un fenómeno mundial desde el principio, emitiéndose en muchísimos países, y siendo de las pioneras en crear un movimiento fan que seguía religiosamente cada episodio tratando de desmenuzar hasta el más mínimo detalle. El argumento era muy sencillo: el vuelo 815 de Oceanic Airlines, en su trayecto entre Sídney y Los Ángeles, sufría un accidente y caía sobre una isla —aparentemente desierta e inaccesible— en mitad del Pacífico. Lo que en un principio parecía una historia de supervivencia, rápidamente daba un giro hacia la ciencia ficción, para ir coleccionando misterios que traían de cabeza a los fans, con cliffhangers que disparaban la necesidad de saber cómo continuaba la historia, además de ir desentrañando todas las cuestiones que se iban planteando. Pero el éxito no se debió únicamente a la creación de un escenario interesante, sino al carisma y buen desarrollo de los personajes, perdidos también en sus propias vidas, convirtiendo así la serie en una referencia mundial, marcando, en muchos aspectos, cómo serían las siguientes producciones audiovisuales. Además, no olvidemos que una de las mentes detrás de Perdidos fue J. J. Abrams, que, a la postre, sería productor y director de dos de las secuelas.

Regresando a Lenahra, nos encontramos con un planeta desconocido y sin cartografiar, perdido en las Regiones Desconocidas; un escenario similar a la isla de Lost. Además, no solo la vegetación de ambos entornos es selvática, sino que coinciden en presentar una barrera natural que impide, o al menos dificulta muchísimo, tanto la llegada como la salida: en Lenahra es el campo de asteroides y en Perdidos la barrera de coral. Obi-Wan, igual que los personajes de la serie, se encuentra en un momento difícil de su vida, perdido, cuando llega al planeta. Este, para sorpresa del recién llegado, ya está habitado por unos niños que se han criado allí, similar a «los otros» de Perdidos. Además, el planeta es capaz de conferir a sus habitantes extraños poderes, como las capacidades atléticas sobrehumanas que tienen los niños, mientras que en la serie, por ejemplo, John Locke recuperaba su movilidad después de estar paralítico. Este ‘poder’, que en la novela recibe literalmente ese nombre, proviene del corazón del planeta, igual que ocurría en Perdidos con la ‘luz’ que irradiaba del núcleo de la isla. Y no solo bajo tierra está la fuente del poder, sino los misterios: el templo de la antigua civilización de Lenahra está en una cueva subterránea, mientras que en Lost teníamos las escotillas, sin olvidar el templo ni los restos del paso de otras culturas por la isla. En cuanto a la trama, destaca la narración paralela del familiar de los niños que anhela regresar al planeta, muy parecida a la necesidad suicida de Jack Shepard de volver a la isla gritando desesperado «¡Tenemos que volver, Kate!» (“We have to go back, Kate!”), además del hecho de que sea un grupo de mercenarios el que se encargue del regreso: en la novela mineros y en la serie científicos y soldados.



CONEXIONES GALÁCTICAS
Volviendo a Star Wars, en la historia encontramos dos fuertes conexiones con el resto de la saga. La primera sería la aparición de Dexter «Dex» Jettster, el besalisko que conocíamos en El ataque de los clones. En la película, Dex regentaba una cafetería en Coruscant, ayudando a Obi-Wan a identificar como kaminoano el dardo lanzado por Jango Fett contra Zam Wesell, mientras que en esta novela trabaja como minero al servicio del mejor postor en el Borde Exterior. Cabe destacar que en la continuidad de Leyendas, el primer encuentro entre los dos personajes se producía en otras circunstancias, en el planeta Ord Sigatt, donde el besalisko regentaba un bar usado como tapadera para traficar con armas, tal y como vimos en la novela juvenil Jedi Quest: The Trail of the Jedi (Jude Watson, 2002).

La otra conexión, la aparición de Orla Jareni, está pensada para encajar en el nuevo Canon, ya que es una de las Jedi del periodo de la Alta República —especialmente, de la novela En la oscuridad (Into the Dark, Claudia Grey, 2021)—, recurso últimamente omnipresente en cualquier publicación de la saga para seguir manteniéndola en boca de todos. En la novela descubrimos que, en calidad de agente independiente de la Orden Jedi, ya estuvo en Lenahra, donde empezó a estudiar el funcionamiento del Poder, pero tuvo que abandonar el planeta para ayudar a su compañero, el Jedi Elzar Mann, tras el ataque nihil a la Feria de la República de Valo, contado en los distintos títulos correspondientes a la segunda oleada de la Fase 1 del proyecto The High Republic. Haciendo un buen uso de la continuidad, esta anécdota, que refrenda el trasfondo de la aventura de Obi-Wan, enlazará directamente con los sucesos de la novela Estrella caída (The Fallen Star, Claudia Gray, 2022), la cual, aunque fue publicada seis meses antes que Padawan, crea el escenario de los acontecimientos vividos por Orla en Lenahra, pero sin explicarlos o, directamente, referirlos con nombre propio, creándose así la posibilidad de volver a ellos en otra fuente que tenga el espacio necesario para desarrollarlos, llevándolo incluso a su época de padawan. Algo similar a lo que ya vimos en el inicio de El cortejo de la princesa Leia (Dave Wolverton, 1994), aquí, al relatar, nada más empezar, unos acontecimientos que serían publicados cinco años después en la serie Ala-X.

Además de estas conexiones, y entrando en el campo de las similitudes con otras obras de la franquicia, podríamos encontrar dos casos muy concretos. El primero sería el concepto de planeta sintiente desarrollado para Lenahra, parecido a Zonama Sekot, el mundo donde transcurría la trama de El planeta misterioso (Rogue Planet, Greg Bear, 2000), y que tanta repercusión tendría en la segunda mitad de la posterior serie literaria La nueva Orden Jedi (vv. aa., 1999-2003). El segundo serían los conflictos emocionales de Obi-Wan y sus miedos como padawan, que ya habían sido extensamente explorados en la serie juvenil Aprendiz de Jedi (Jedi Apprentice, Jude Watson y Dave Wolverton, 1999-2002).

Como hemos visto, una obra puede beber de muchas fuentes y, al mismo tiempo, construir una trama independiente. Padawan es una novela entretenida y adictiva, especialmente destinada a aquellos lectores que quieran conocer el pasado de Obi-Wan, además de aportar una pequeña píldora a todo el entramado desarrollado para la Alta República. Os dejamos con esta entrevista a su autora, recomendándoos que le hinquéis el diente a la novela, además de ver Perdidos sino lo habéis hecho ya. ¡Que la lectura os acompañe!
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