Ciencia de una Galaxia muy lejana: Carbonita

Por Diego Manuel Ruiz
A lo largo del disfrute de las distintas historias dentro del universo de Star Wars, no importa si se trata de las leyendas o del canon actual, aparecen algunos materiales que son bastante reconocibles dentro del universo, tanto que terminan identificándolo: ya hablamos de algunos como el tibanna o del beskar, pero si hay un material que definitivamente vamos a asociar instantáneamente con Star Wars, esa es la carbonita.

Cuando hablamos de carbonita, hablamos de una sustancia basada en el carbono, capaz de solidificarse rápidamente por congelamiento y que en esa condición suele aprovecharse para transportar y resguardar diversos materiales. En cuanto a su composición, no se proporciona demasiada información, incluso en algunos textos como The Essential Guide of Weapons and Technology de Bill Smith se menciona que previo a su congelación se encuentra en estado líquido, mientras que otros agregan que al congelarse forma una aleación metálica.

Cuando aparece el material en El Imperio Contraataca, el uso principal que se le da no es el congelamiento de personas en hibernación, sino facilitar el transporte del gas tibanna que se produce en la Ciudad de las Nubes de Bespin. Sin embargo, también ha sido aprovechado con otros fines, como para realizar contrabando, como hace Filba el Hutt en la duología de MedStar de Michael Reeves y Steve Perry.

Otro de los aspectos de la carbonita congelada es su aprovechamiento para lograr un estado de hibernación en seres vivos. El ejemplo por excelencia en la situación de Han Solo en El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi, pero también vemos muchos otros casos en series como The Mandalorian, en comics como la serie de Star Wars 2020 de Marvel (¡donde Leia también resulta congelada!), o la novela La Búsqueda del Jedi de Kevin J. Anderson.

Sin embargo, esa situación de confinamiento pudo aprovecharse de maneras más creativas. En Fate of the Jedi: Outcast de Aaron Allston se confina en carbonita a los Jedi por una misteriosa psicosis de la Fuerza para evitar que causen daño (todo esto debido a que al parecer la carbonita bloquea los poderes de la Fuerza). Otra forma de aprovecharlo fue la que llevaron a cabo Anakin y Ahsoka en la serie The Clone Wars, donde se ocultan en carbonita para pasar sin ser detectados a traves de la vigilancia separatista, pero también fue usada para poder sobrevivir a una explosión en Darth Maul: El Cazador en la Tinieblas de Michael Reaves. Pero también el confinamiento ha tenido un uso funerario, como el confinamiento del Senador Viento en Republic: Trackdown (#72), de modo de modo de preservar el cadáver.

El auge de la carbonita para hibernación en la galaxia ocurrió en las épocas en las que aún no existía o no estaba avanzado el viaje hiperespacial, pues permitía llevar a cabo viajes durante períodos de tiempo extremadamente prolongados. Luego del desarrollo del hiperimpulsor, la carbonita limitó su uso al transporte, aunque también tuvo otras aplicaciones menores: En Street of Shadows, la segunda novela de la trilogía de Coruscant Nights, de Michael Reaves, se menciona el uso de nanofibras de carbonita en ganchos celestiales, un tipo de megaestructuras atmosféricas que ostentan los más adinerados en planetas de gran riqueza como la capital galáctica.
También parte de los motores de hiperimpulsión poseen, al menos según se menciona en el clásico comic de Imperio Oscuro 2, un inyector que comúnmente está fabricado con carbonita. Incluso se ha usado el material con propósitos militares, como las pistolas de carbonita, que rocían un blanco con el material para congelarlo y paralizarlo, como aquellas que aparecen en otro clásico: el juego Caballeros de la Antigua República. Y como no podían faltar, también aparecen droides hechos de carbonita, como los droides de batalla que utilizó el Imperio en otro juego: El Poder de la Fuerza II, o los droides mineros DLC-13 que estaban hechos de carbonita para resistir las altas temperaturas, según el libro de referencia Star Wars: Absolutamente Todo Lo Que Necesitas Saber de Adam Bray, Kerrie Dougherty, Cole Horton y Michael Kogge.

En cuanto a las fuentes más importantes de carbonita se destaca El sistema Emperatriz Teta (previamente conocido como sistema Koros) según menciona The Essential Atlas de Daniel Wallace y Jason Fry, y el planeta Polus que poseía vastas cantidades en sus páramos congelados, según otro juego: Empire at War.

El concepto detrás del uso de la carbonita para facilitar el transporte de gases es similar al que se usa en nuestro propio mundo: para el transporte de un gas, muchas veces se lo licúa porque ocupa un volumen mucho menor y así se puede transportar una mayor cantidad; inclusive otra opción que se aprovecha para almacenar algunos gases es absorberlos dentro de un sólido que sea capaz de retener una cantidad grande de gas en su volumen (un ejemplo es el uso del paladio para absorber una enorme cantidad de hidrógeno); esta última vía sería similar al caso de nuestro ejemplo en el cual el gas tibanna resulta impregnado en el volumen de la carbonita cuando se la congela.

Pero también existe otro material que efectivamente se llama carbonita, aunque no se trata de un material de transporte, sino de un explosivo similar a la dinamita hecho con nitroglicerina, aserrín, nitrato de sodio y tierras diatomeas.

En fin, muchas veces la tecnología que tenemos iguala a la de nuestras historias favoritas, al menos en algunos aspectos y en otros casos debemos esperar mucho, mucho tiempo. ¡Que la Fuerza y la ciencia los acompañe!
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