Por Mariana Paola Gutiérrez Escatena

En el capitulo anterior conocimos a Ty Yorrick, una ex padawan de la orden Jedi que tiene como profesión cazar monstruos. Conocimos un poco de su pasado en la orden y la vimos en acción. También pudimos ver su misticismo cuando usó una técnica casi perdida para que el universo decidiera que camino seguir por ella. Lo que aún debemos descubrir es porqué no quiere saber nada con la orden Jedi y todos los que la integren.

Historia:

Ty ahora debe enfrentarse a un enorme monstro parecido a una araña en la ladera de la montaña nevada. Al estar ahí descubre que hay un prisionero en sus redes, pero al intentar llegar a el, recibe una buena cantidad de telaraña pegajosa en su cara y casi pierde el aliento. Para su sorpresa, el rehén era un polizón conocido que la había seguido desde Blarrum. Drewen se escabulló en en su nave ansioso por aprender más de la «Jedi» y convertirse en algún momento en uno de ellos.

Sin embargo la «maestra» Ty no es muy comunicativa. Todo lo que conocemos de su pasado como Jedi se expresan a través de visiones, producto de algún recuerdo, como por ejemplo un día de entrenamiento con su maestro el cual le enseñaba a vincularse con los animales. O el desafío que acepto realizar con Klias Teradine, el cual nos da la sensación de estar en una película de Indiana Jones. Escalar, esquivar trampas activadas que arrojan flechas, ingresar por puertas ocultas, todo en el templo de Yallow.

La ex padawan no es renuente a enseñarle a nadie los caminos de la Fuerza, no se considera ya una Jedi y la Fuerza es más bien una herramienta útil para cada situación que encara.

Ty finalmente deja que el intruso se quede junto a ella en esta peligrosas laderas, pero solo después de que una verdadera tragedia los invada, una que hizo traer muy malos recuerdos, como si el destino estuviera encaprichado en castigarla.

Mientras Ty y Drewen descansan, Pela, la niña desconcertada del primer capítulo intenta atacarlos. Y en la pelea Yorrick se defiende, empujándola sin querer cerca del filo del acantilado. Aunque la Tholothiana hace todo lo posible para alcanzarla, incluso usando la Fuerza para tomarla, un triste recuerdo sobre Klias, muy similar al que estaba ocurriendo, la distrae, haciendo que vacile y no pueda salvar a Pela, la cual cae.

La historia nos deja con mucha intriga, veremos que pasará con Ty en su próxima aventura.

Opinión:

Aún seguimos esperando desentrañar el porqué Ty no quiere ni siquiera ser confundida con uno de ellos, los Jedi, seguramente Drewen, el parlanchín, sea de utilidad para averiguarlo. A pesar de que ella se niega a sus demandas, escucha sus historias y parece preocupada por su bienestar. La gran admiración de Drewen por los sensibles a la Fuerza viene de su hermano, quien le contaba historias sobre ellos y quien perdió la vida trágicamente para salvarlo. De alguna manera este dúo va creciendo con fuerza.

Ty tiene un pasado que prefiere olvidar el cual vamos viendo poco a poco a través de flashbacks. Las nuevas misiones son para ella fuente de inspiración para evocar memorias que preferiría no buscar. Otra vez la tragedia se hace protagonista cuando Pela entra en escena y Ty tendrá que lidiar con ello, mientras intenta ser la mejor cazadora de monstruos de la galaxia.

Por otro lado, el trabajo del equipo de arte es extraordinario aquí también, como lo es en «La Alta República» cómics del mismo autor, el fantástico Cavan Scott. Rachael, Vita y Nicola saben jugar con la líneas, sombras, colores y viñetas expresando momentos angustiantes, tensos y de mucha acción. El personaje de Yorrick es realmente extraordinario, enigmático y parece tener una gran historia que aún esta por ser contada.

Por suerte pronto tendremos una nueva aventura, ya que el próximo 27 de octubre saldrá el tercer número.

¡Que la lectura os acompañe!… Hasta la próxima.