Traducción del extracto de Dark Legends

Escrito por George Mann y traducido por Mario Tormo.
Os traemos la traducción de este adelanto exclusivo publicado por SYFY en el día de ayer, y que es parte de uno de los seis relatos de Dark Leyends. Ya os hablamos de esta continuación de Myths & Fables que se publica el próximo 28 de Julio en esta otra noticia. ¡Disfrutad con el extracto!
En el planeta Gaaten, enclavado entre las oscuras espiras de lo que una vez fue una gran ciudad, se asientan las ruinas de un orfanato donde hace mucho tiempo, los niños que habían perdido a sus padres a consecuencia de las Guerras Clon eran llevados para que se ocuparan de ellos mientras esperaban alojamientos en un nuevo hogar dentro del sector.
Solo que, no todo andaba bien en el orfanato, porque entre los chicos había historias de un terror oscuro que aparecía por las noches: un hombre alto, delgado, con dientes afilados y ojos incandescentes, quien de vez en cuando visitaba el orfanato para secuestrar niños, sacándolos de sus camas y llevándoselos a través de la ventana, silenciando sus gritos para que no pudiesen ser oídos. Los niños secuestrados por esta horrible criatura no volvían a ser vistos nunca más.

Estos rumores corrían a través de asustados susurros de un chico a otro, murmurando bajo las sábanas o con la boca cubierta por las manos cuando las luces se apagaban. Por supuesto estas historias habían sido desmentidas por el equipo que llevaba el orfanato, ya que aunque era cierto que algunos muchachos habían desaparecido del orfanato a lo largo de los años lo mas probable era que hubiesen escapado, chicos descontentos con su suerte y sufriendo la devastadora pérdida de sus padres. Los rumores eran vistos simplemente como imaginaciones sin filtros de jóvenes perturbados, encarnaciones de su miedo y dolor. Aun así, las historias perduran, y había poco que los trabajadores pudieran hacer para detenerlo.
Todo aquel que llegaba como al orfanato como residente escuchaba hablar, pues, de este monstruo, y, desde ese momento, vivían con el miedo de que ellos, también, pudieran convertirse en la próxima víctima involuntaria. Todos excepto uno.
Elish siempre había sido considerado una chica excepcional, desde su paso por el colegio en Malloran, donde asombró a sus profesores con su seguridad en sí misma y sus aptitudes académicas. Era amable, propensa a ayudar a otros antes que a sí misma, y eso la había hecho popular entre sus compañeros y también entre los más pequeños. Como su madre – una guardia de palacio en Malloran – Elish siempre había sentido una profunda conexión con el universo que la rodeaba y los seres vivos que lo habitaban. Esta conexión le había proporcionado un gran sensación de paz, y aunque había también había sido testigo de horrores, rechazaba creer cualquier fantasma oscuro que el resto de muchachos del orfanato temían. Para Elish, la maldad no estaba personificada en los monstruos, si no en los hombres, tal y como ella lo entendía, todos los horrores que habían arruinado recientemente la galaxia fueron perpetrados bajo las órdenes de seres reales, y no por criaturas de la noche.
Así era Elish, desde su llegada al orfanato en uno de las vastas naves de transporte del Imperio, se convirtió en un punto de apoyo para el resto de chicos, ayudándolos a apartar su miedos y, a pesar de todo lo que habían perdido, a buscar serenidad entre los dormitorios y aulas del viejo y destartalado edificio. Durante muchos meses esto funcionó, y para deleite de los trabajadores, las habladurías sobre el fantasma se redujeron. Los chicos parecían en conjunto más felices, y cuando las naves de provisiones llegaron para la temporada, algunos de los huérfanos fueron reubicados en nuevos hogares con padres adoptivos deseando dar amor y hacerse cargo de sus nuevas responsabilidades.
No era raro para Elish ser despertada por la noche por el ruido de un grito, ya que algunos muchacho del dormitorio sufrían terrores nocturnos que los sacaban de sus sueños, haciendo que se revolviesen en sus camas, con la cara empapada en sudor. Los trabajadores nocturnos jamás acudían para calmar a los pobres chicos, así que Elish salía de su cama para cogerles de la mano, y con unas palabras serenas y su capacidad para transmitir consuelo era suficiente para apaciguar sus pesadillas y permitirles volver a sumirse en sueños.
Sin embargo, una noche no mucho después de su llegada, hubo un gran revuelo nocturno, y saltaron todas las alarmas alrededor de Elish. Salió de su cama encontrándose todo el dormitorio desordenado, y lo que todos los chicos contaba era que el monstruo había efectuado su visita después de la medianoche y había secuestrado a un joven muchacho llamado Samil.
Lo cierto es que no había señales de Samil, y a pesar de buscarlo tanto como pudieron, ninguno de los trabajadores o los niños pudieron localizarlo. Aunque tampoco había ninguna evidencia de que un extraño hubiese entrado, salvo por la ventana que golpeaba suavemente el marco, movida por la brisa ya que el pestillo se había dejado sin echar.
Tras cerrar la ventana, los trabajadores del orfanato empezaron a acompañar a los chicos a sus camas, acurrucándolos empáticamente para acallar sus llantos de angustia. Samil aparecería por la mañana, dijeron, a menos que hubiese decidido escapar y abandonarlos, escabulléndose en la noche para encontrar su propio camino en el mundo. Elish, pensó, podía ver que el puñado de pertenencias que había dejado atrás, esparcidas bajo la cama – sabía que jamás habría dejado atrás sus héroes de juguete, nunca habría permitido ser separado de las figuras talladas por sus pequeñas manos.
Así pues, mientras el resto de chicos comenzaban a acostarse de nuevo, Elish permanecía despierta, abriéndose a sus sentidos, ya que había llegado a reconocer a Samil a través de su conexión con el universo, que era similar a la suya. Esto los había hecho diferentes del resto de niños – todos excepto quizás otro mas, una chica Kessurian llamada Gee’far, quien parecía compartir la inusual perspectiva de Elish.
Sin embargo, efectivamente no podía sentir ningún rastro de Samil en ningún lugar mas allá de los confines del orfanato o sus terrenos. Inquieta, permaneció despierta el resto de la noche, segura de que no le encontrarían el próximo día.
La mañana siguiente se conformó una pequeña expedición con personal del centro, que partió para el pueblo, esperando descubrir que Samil había hecho la corta distancia hasta el poblado durante la noche. Estaban seguros de que lo encontrarían, helado y avergonzado, acurrucado en el granero de alguien, listo para regresar al orfanato para un baño caliente y descansar.
Tal y como Elish predijo el equipo volvió unas horas después, cansado y hambriento, contando que no había información ni rastro del chico en el pueblo, ni en ningún lugar de los caminos y carreteras de los alrededores. Simplemente se había esfumado, y no había nada que pudieran hacer.

¿Qué os ha parecido este adelanto con el Gran Inquisidor de protagonista en las sombras? Arriba tenéis el boceto con el que se presentó en la pasada New York Comic Con celebrada en Octubre de 2019.
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